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viernes, 28 de febrero de 2014

Micomicrorelatos



Pulpos forasteros


―¡¡¡Socorro, un pulpo!!!― croó la roja ranita al toparse con aquellos tentáculos de fuego malolientes. Al fijarse mejor, vio que tenía la cabeza blanca incrustada en la tierra. <<Quizá haya caído del cielo>> pensó mirando hacia arriba, donde solo vio robles y eucaliptos (aquellos esbeltos árboles que le robaban la humedad).

   ―Sale de la tierra ―le zumbó un moscón ―y está muy ric …    


 ¡Fusss……slurp……….glup!





                                                         
  militaris


   La inquieta ardilla observó aterrorizada aquella larga serpiente peluda que había salido de la bolsa y consideró abandonar su nido: eran muchos los daños que se producían por su culpa, muchas las bocas y ojos inexpertos que irritaban.

    Una urraca se posó en una rama cercana

― ¿Vendrán? ―preguntó esperanzada a su bulliciosa vecina.

― Seguro ―graznó la urraca. ―Aquí, todavía, sí.



   Y cuando, rozando los fríos, el suelo se alfombró de un minúsculo ejército de orgullosos soldados naranjas para proteger los pinos, un año más todos respiraron tranquilos.



 Dos de los diez relatos presentados al primer certamen de micomicrorelatos (10-10-10) de la Asociación micológica San Jorge ( http://archivosdemicologia.blogspot.com.es/)  y publicados en su primera recopilación como Ginebra Azul.







jueves, 27 de febrero de 2014

Calma chicha



Así como la orilla se deja besar incesantemente por las olas, yo lucho suavemente por limar tu alma. Del mismo modo que el mar embravecido arrebata arena a la playa y horada las rocas, tratas tú de conquistarme el corazón, socavando mi voluntad.
Más no hay tempestad eterna ni pleamar que perdure. Y en ese instante en el que se conjuran  silencio y quietud, ese momento de mágico equilibrio, perfecto de luz, color y sonido, todo parece posible. Incluso nosotros. 


Relato propuesto para el número 45 de la revista  Pseudònims, tema Impasse (http://www.pseudonims.com/)

miércoles, 26 de febrero de 2014

Reciclaje en estado puro

Hay miles de relatos que jamás ven la luz, que llegan a este mundo de puntillas con un propósito definido y con ganas de perdurar, pero ven truncada su carrera. Hay certámenes que producen cientos de despojos cada semana. Ahora puedes apadrinar unos pocos, los de 70 autores que  junto a 70 ilustradores se han propuesto reivindicar los derechos de los no premiados, reuniendo 210 microrrelatos inéditos y 70 ilustraciones de los más diversos estilos. Un libro para degustar a mordisquitos y catar a sorbos en esos paréntesis que nos brinda el día a día; para reflexionar, disfrutar y evadirse de la rutina.
Un bonito proyecto en el que nos embarcó  Fernando Martínez y al que personalmente me adherí con toda mi ilusión. Si os pica la curiosidad y os apetece conseguir esta pequeña joya fruto del cooperativismo solo teneis que pinchar aquí  




 








martes, 25 de febrero de 2014

Trece



    A Virtudes nunca le importaron mis ‘pequeñas manías’ como ella las llamaba. Accedió dócilmente a cumplir todos los requisitos precisos para garantizar nuestra buena suerte en la boda; lo prestado, lo azul, lo nuevo, lo viejo, el secreto del vestido y el arroz, y, después en nuestra vida común, la herradura tras la puerta, los ajos, los tréboles de cuatro hojas… Aceptaba sin prejuicios que evitara escaleras, me levantase con el pie derecho, cruzara los dedos, tocara madera, mi aprensión por los espejos rotos o los paraguas abiertos bajo techo.
    Por eso alucinó aquella Nochevieja, cuando su madre nos abrió la puerta mirándome desafiante con un gato negro en los brazos, y tiró a propósito la sal durante la cena.
   Cuando tras las doce campanadas sobró una uva en mi platillo, tuve la certeza de que mi suegra estaba al tanto de mi infidelidad y pretendía allanarme el camino.


Relato presentado en Diciembre de 2013 al primer I Concurso de microrrelatos 'La Radio en Colectivo'  de Mislata Radio (http://radioencolectivo.blogspot.com.es/)

lunes, 24 de febrero de 2014

La gran burbuja


Nada: no se le ocurría nada. Hubiera arrugado la pantalla del portátil lanzándola con rabia en forma de bola a la papelera (que ahora servía para acumular múltiples y misteriosos cables y conexiones) en un gesto digno de escritor frustrado a la antigua usanza, pero solo tenía a su alcance el ‘Delete’ o el responder con furia un enorme NO a la estúpida pregunta de si deseaba guardar los cambios del documento. Miró suspicazmente la copa de cava que permanecía en la mesa, sopesando estrellarla contra la pared: seguro que tantas burbujas habían llenado su cerebro de gas impidiéndole imaginar.


No conseguí el paté, pero participé en la ilusoria propuesta de Miguel Ángel Page con esta desinspiración (http://page-realidadilusoria.blogspot.com.es/)

domingo, 23 de febrero de 2014

Pasajeros del futuro




   Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Fue entonces cuando la señora de la pamela lavanda gritó y todos se dieron cuenta de que habían regresado a un pasado que no les correspondía: era la única explicación posible a la aparición en el pasillo de aquellos pasajeros de uniforme que les apuntaban con metralletas.

  Pensaron que la causa de aquel disparate era, seguramente, una fractura espacio temporal entre los cumulonimbos o un agujero negro estratosférico. Lo que no estaban dispuestos a creer era la pueril explicación del piloto sobre un secuestro.





Relato presentado  a la I edición internacional de microrrelatos de Prisa Radio (http://blogs.cadenaser.com/formularios/i-edicion-internacional-de-microrrelatos-de-prisa-radio/)



sábado, 22 de febrero de 2014

La curva de su sonrisa

    Hoy es la fiesta. Hace mucho calor. Mi madre disfraza a Sara con alas de hada y un inusual vestido de tirantes. Después la maquilla. Ella se cambia la raya de lado dejando el cabello suelto sobre su espalda. Yo tengo que ponerme de largo, como un ninja. Nos abraza con cuidado, rogándonos que nos portemos bien: papá está nervioso porque quiere causar buena impresión. Al salir, nubes negras presagian tormenta y mamá se queda llorando porque no ha logrado disfrazarse.
    Cuando llegamos, los Fernández reciben encantados a mi padre. Enseguida se pone el traje de payaso y se dibuja la enorme sonrisa roja. Todos, niños y mayores, rien alborozados con él.
    Suena un trueno y comienza a llover. Pedrito y su primo proponen que salgamos al jardín, a desafiar a los relámpagos. Me niego e intento disuadirles, pero ellos nos arrastran fuera, llamándonos cobardes. La lluvia nos empapa; los brazos de Sara se despintan y florecen los cardenales de su blanquísima piel. Al escuchar su llanto, algunos invitados acuden preocupados. Un silencio espeso nos rodea: rezo asustado para que nadie se empeñe en quitarme la ropa mojada.
    Tras el ventanal, se invierte la sonrisa de papá resquebrajando su máscara.

Relato presentado el mes de febrero (Tema: ...en la fiesta de máscaras) al IV certamen de relato corto para mesilla de noche de Esta Noche te cuento (http://estanochetecuento.com/17-la-curva-de-su-sonrisa/ )

viernes, 21 de febrero de 2014

Buenos principios

  
    No podía dejar de indignarse cuando, cargado con las diversas bolsas de colores, abría los contenedores y encontraba plásticos en el del papel, vidrio en el del plástico, o cualquier cosa de estas en el orgánico.

   ¿De qué servían sus esfuerzos por reciclar ante la insolidaridad de los vecinos? ¿Serían ciertos los rumores de que  el camión llevaba todo al mismo sitio y estaba haciendo el idiota? ¿O esos rumores los creaban los mismos a los que no les importaba el planeta y querían  ahorrarse el trabajo de separar sus residuos?

    Desalentado y sucio, volvía a casa después de tratar de reponer las basuras ajenas en el lugar correcto.
    La madre espiaba tras la ventana su regreso, como cada tarde, con el corazón en vilo pero henchido de orgullo, la esperanza de estar indicándole el camino adecuado para mejorar el futuro, unas palabras de aliento y el baño preparado.

Relato presentado al primer certamen de microrrelatos CFE ( http://cfe.es/category/microrrelatos/)


jueves, 20 de febrero de 2014

Dos despojos



Dignidad milenaria



Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de cine, el barco pirata y la nave espacial ―aseguró la vidente tras escudriñar la bola.

No nos lo podíamos creer. Tantos meses buscándola, llamándola por todas partes, empapelando el barrio de carteles con su foto y ¡estaba en casa! Corrimos a comprobarlo y, efectivamente, se había escondido en el desván de los juguetes, harta de que la disfrazáramos de Lady Gaga, de superhéroe y de señorita finolis. O quizá echaba de menos al tío Evaristo, que había ido otra vez al Perú.

Me pareció escuchar un suspiro polvoriento de resignación cuando, alborozados, la rescatamos de aquel rincón.

―Momia traviesa, ¡qué susto nos habías dado! 
 
 Soledad

 Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de cine, el barco pirata y la nave espacial. A veces subo con un plumero y, mientras espanto las arañas, intento que me hable contándole mis penas. Quizá me falte la cualidad mágica de la abuela, que sabía darle vida para disipar mis angustias haciéndome reir. Aún así, cuido de que sus trenzas estén bien peinadas, estiro su delantalito blanco y acaricio sus manos de madera recordando cómo iluminaba mi oscuridad.

Hace una semana me pareció que me guiñaba un ojo. Hoy, estoy segura, me ha sonreido. Así que he decidido quedarme aquí arriba para siempre, con ella: dudo que me echen en falta ni sepan donde buscarme.

 Relatos presentados  la semana 17 temporada 2013-2014 al concurso Relatos en Cadena de la cadena SER (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/)


miércoles, 19 de febrero de 2014


Mi aportación al vendaval de microrrelatos 2013...que desapareció, quizá por su tamaño más que por ser grande, con una ráfaga misteriosa.Que vea la luz por más de unos minutos esta vez, lo merezca o no.
(http://vendavaldemicrorrelatos2013.blogspot.com.es/ )

martes, 18 de febrero de 2014

Mimí dice...

                              
    La lluvia no cesaba de arremeter contra los cristales, emborronando la visión de los carteles de aquel cruce en el que me había detenido.

―Mimí se está enfadando, papi.―susurró la niña desde el asiento trasero ―Quiere llegar ya.

   Sobresaltado, levanté los ojos del mapa y los clavé en el retrovisor.   Sus pálidas manitas acariciaban las suaves orejotas rosas del peluche que nunca abandonaba, mientras aquellos ojos estrábicos de cristal verde parecían burlarse de mí. Resistí el impulso de gritar, cerré los ojos y apreté los puños. Empezaron a latirme las sienes.

―Mimí dice que has vuelto a equivocarte, papi. Como aquella vez. Dice que deberías tomar la ruta 6. Aunque no quieras.

   Un escalofrío me recorrió cuando escudriñé febrilmente el plano con las manos sudorosas. Efectivamente, la carretera de la costa, conocida como ruta 6, con sus malditas curvas asesinas y sus barrancos voraces, con su doloroso recuerdo de imprudencia y de alcohol, de frenazo y cristales, de sangre y muerte, podía tomarse girando a la izquierda un poco más adelante.
   La alternativa era atravesar la montaña, bajo aquel diluvio, por tortuosos caminos secundarios. Era inexplicable haber llegado hasta allí, de nuevo, a 200 kilómetros de la autopista.
   En el espejo, la traslúcida Paula, sonreía con una espeluznante mezcla de curiosidad y malicia.

―Mimí dice que arranques, papi, que mamá te está esperando en las rocas. Dice que, esta vez, no te servirá de nada dar la vuelta.

  Con el corazón desbocado de terror, me giré despacio. El fantasma de Paula se había desvanecido, pero allí estaba aquella cosa; desenterrado del jardín y lleno de barro, con la hemorragia de relleno tras mis cuchilladas, medio chamuscado por el soplete, maloliente del pozo al que le tiré y sin rastro ya de color rosa, Mimí me miraba maligno, retándome a desobedecer.
                                   
(Relato presentado a la convocatoria 2013 del blog Ruta 6 http://ruta6cantabria.blogspot.com.es/ )

lunes, 17 de febrero de 2014

No es cuento


    Me había resistido hasta ahora; no tenía tiempo, ni tanto material, no tenía motivos ni verdadera razón de ser. Pero parece que  las semillas que bullen en la oscuridad, bajo tierra, húmedas y vibrantes de vida a punto de estallar, exigen germinar por estas fechas. Quizá de tanta agua, tan poco sol y tantas ganas de explotar, haya brotado también este blog, como una necesidad propia de salir a la luz. Una luz a gotas y en gotas; una luz pálida, que es lo que hay de momento, sin mucho brillo, un 'motenombre' indio que, además, alguien me puso una vez, hará mil años o así, cuando me dio por llevar trenzas.
    Aún no sé si vendrán a parar aquí tantos textos huérfanos que inundan mis archivos, si enlazaré mis cuentos de otros lares, si nada de lo que escriba en este lugar haya sido jamás leído. Tampoco voy a ponerme normas a mi misma; como en la vida , trataré de hacer lo que más me apetezca en cada momento, aderezado, eso sí, con mis propias imágenes. No sé donde llegará esta aventura ni, de momento, tengo trazada derrota alguna. Simplemente, me dejaré llevar por la brisa de la inspiración, si es que me es favorable.  
  Soy, entre otras cosas, Salamandra y azul cuando era Ginebra, que quede constancia también de ambas épocas y pseudónimos en uno. Si has llegado hasta aquí, bienvenido seas.